“Mami” fue la última palabra que dijo Benjamín, un niño de Marbella de siete años que ha muerto a causa de un tumor cerebral. Durante todo el tiempo que estuvo enfermo el pequeño recibió la ayuda de los bomberos de la localidad.

Él estaba en silla de ruedas y no podía moverse. Por eso los bomberos se encargaban de sacarlo de casa. Eran sus ángeles de la guarda. La enfermedad se había paralizado y recibió el alta hospitalaria. Intentaba recuperarse gracias a las sesiones del logopeda y de rehabilitación. Los bomberos acudían cada mañana para llevarlo al cole y lo recogían a la salida y lo subían hasta el cuarto piso sin ascensor en el que vivía con su madre y su hermana.

«Tenía muy buenas notas, hasta había sido seleccionado para competir en un campeonato de matemáticas” ha contado su tía, Carolina Barrionuevo, muy orgullosa y agradecida de la ayuda de los bomberos al diario ABC.

La enfermedad volvió a complicarse y Benjamín ha muerto tras sufrir una parada cardiorespiratoria. El niño no tenía seguro y la madre no tiene dinero para asumir los gastos del entierro. Los bomberos de Marbella habían logrado recaudar 6.000 para buscarle una vivienda mejor, que se adaptara a sus necesidades. Ahora han donado este dinero para que la familia de Benjamín pueda despedirlo.