LA DIVERSIDAD Y YO
By BUDY In Sin categoría On 24 octubre, 2020
Estaba finalizando la década de los 80 y había conseguido un título universitario que me abriría las puertas a ganarme la vida por mí misma.
Sentía que pocos confiaban en mí y eso es algo que todas las personas con diversidad funcional estamos acostumbrados a sentir y que incluso normalizamos. Los mismos profesores de la universidad te lo han dicho. Pero me daba igual yo iba a continuar con mi intención de ganarme la vida
No me había dado cuenta que mi vocación era precisamente el arma más poderosa para cambiar el mundo: la educación.
Y así comenzó mi andadura por este maravilloso y complicado mundo de la enseñanza. Por aquel entonces mi especialidad era «educación preescolar y primer ciclo de E. G. B.» Alguien me dijo que opositase para educación especial pero no me gustó la idea, pensé que era seguir encasillada en un pequeño mundo. Sin embargo, leí unos apuntes. El primer apartado del tema uno se titulaba «el derecho a ser diferente». No necesité leer más para abrir los ojos y saber que iba a dedicar mi vida a que ese derecho se pudiera ejercer.
En el año 1991 , tan solo dos años después de acabar mi carrera, aparecieron por primera vez oposiciones a Primaria y con ello la especialidad de Educación Especial-Audición y Lenguaje y me presenté. Es justo decirlo con el apoyo de mi amiga Yosi que confió en que lo íbamos a conseguir las dos. Y lo hicimos ella en el año 92 en Baleares y yo en el 91 en la Comunidad Valenciana. Fuimos capaces de hacerlo y fuera de la comunidad en la que habíamos estudiado.
No todos los años de mi carrera profesional los dediqué a esta especialidad pero sí la mayoría y pude ver como muchas barreras de rompían ante mis ojos.
La que más me impactó fue la del cambio en el modo de ver la vida de muchos padres de alumnos con diversidad funcional porque no es lo mismo que les hable una maestra que la vive cada día a que lo haga otro profesional.
Así empecé a vivir el derecho a ser diferente, platándole cara a quien haga falta y no aceptando que se discrimine a nadie.
Diversos somos todos por nuestra cultura, raza, religión, sexualidad, ideología, experiencias de vida y esa diversidad nos enriquece.
Ahora veo lo absurdo de «un mundo de clones » , porque así era el mundo a mis ojos cuando yo era niña, un mundo en el que todos eran iguales menos yo y soñaba con ser una fotocopia más. Si algo le diría a mí yo del pasado es que el mundo es maravillosamente diverso
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