Fui mala madre.

Porque no me senté contigo a explicarte lo que le pasaba, debí hacerlo, pero pensaba que con unas terapias se pondría bien, tardé en darme cuenta de lo que significaba una parálisis cerebral, pero aún así, tampoco lo hice.

Porque los dos primeros años no pude ni llevarte ni recogerte del colegio, porque tu hermano no cesaba de llorar, recuerdo, eso sí, como te ibas de la mano de mis queridas vecinas.

Porque preferí que tus amigos vinieran a casa a jugar a la Play, para que así se entretuviera tu hermano, y yo poder descansar.

Porque las únicas salidas extraescolares que tuviste fue acompañarme a Aspace para que tu hermano hiciera terapias .

Fui mala Madre porque te impliqué en su deporte,la Boccia, en sus entrenamientos, en sus jornadas… y dentro de mi fue por tenerte más cerca, pero no te lo dije, porque ni yo misma era consciente de ello.

Porque estabas acostumbrado a ser hermano de…y a veces te preguntabas,( jaja y aún te preguntas), si alguien recuerda tu nombre.

Porque escuchabas continuamente decir lo que tu hermano no iba a hacer, y eso te asustaba, y yo desconocía tú miedo, siempre estabas en silencio.

Porque me veías sonreír y decir que no pasa nada, y sabías que no era así, que ingenua de mí…

Fui mala Madre cuando no te escuchaba porque no tenía tiempo, y porqué no, tampoco ganas de escuchar tus quejas, por miedo a sufrir más.

Pero Gracias hijo, porque en lugar de enseñarte yo a tí el Camino de la vida, tú me has enseñado que con la discapacidad de tu hermano se puede hacer un camino distinto sí, pero motivador y muy divertido.

No puedo mejorar las partes difíciles de tu infancia, pero sabes que esa soledad que tuviste no se desperdició.

El otro día, no sé donde leí, que la generación que va a cambiar el mundo, es la de los hermanos de las personas con discapacidad.

Tú ya lo estás cambiando, porque miras a cada persona por igual, porque con tus viajes ayudas a la gente a sentirse viva , les demuestras que la diversidad en todos sus aspectos enriquece y les muestras el mundo de un color diferente.

Pues no, quizás no fui una mala Madre ,aunque aprendieras en soledad a ser el mejor hijo que podría haber deseado.

Gracias por hacer de nuestra Vida , un «Camino sin límites».

Para mi Hijo Oliver

Ana, una Madre sin límites